El año pasado en septiembre estuve en la Riviera Maya en un viaje familiar. Era el tipico lugar que no eligiría como destino fotográfico. Unos dias antes de volar, la duda me asaltó y pedí consejo a varios amigos sobre si llevar o no el equipo “gordo” o llevar una pequeña mochila con un cuerpo y un objetivo todo terreno, o incluso una compacta tipo aventura sumergible y con GPS.
Al final me convencieron y llevé todo el equipo, tele incluido. Adquirí una pequeña Nikon para hacer videos subacuaticos, sobre todo pensando en las sesiones de snorkel en las barreras de coral del Caribe.
De este ultima no os voy a mostrar el resultado, pero desde luego me alegré un montón de llevar todo el mochilon con el equipo reflex casi al completo.
Aqui teneis las razones por las que llevar el equipo reflex de “asalto” a unas a prioro aburridas vacaciones familiares.
Diez dias “recluido” en un Resort de lujo en medio de la nada, rodeado de jungla y de mar era demasiado relax para mi. Así en mis primeras excursiones por los alrededores de las instalaciones descubrí infinidad de animales. Incluso dentro del recinto enorme que ocupa el Resort en zonas boscosas que han mantenido intactas, habitaban grupos familiares de monos araña, coatis, por no hablar de las iguanas, presentes hasta en las rocallas en medio de los jardines, o incluso basiliscos, que aunque no pude fotografiar, si observe en varias ocasiones. En seguida mis andanzas llegaron al gerente del complejo, que quiso conocerme e incluso me ofrecio la posibilidad de cambiar fotos por noches de alojamiento. Además me ofreció la posibilidad de observar y fotorgafiar un jaguar en libertad, que estaba causando algun problema en una campo de golf en medio de la jungla.
Despues de un intento fallido, ya que solo logre sacar una foto testimonial, el parque temático Xcaret me proporcionó un premio de consolacíón, pues en el hay en cautividad una buena parte de la fauna del pais. No es lo mismo, pero ahi pude fotografiar un jaguar, eso si, sin el tele tampoco hubiera sido posible, pues la distancia al animal era considerable.
En las lagunas costeras de Quintana Roo, muchas de ellas demasiado contaminadas, existen todavia manaties en libertad, y en los trayectos en ferry es muy común ver multitud de delfines y aves marinas, entre las que destacaría las llamativas Fragatas. Asi mismo no es dificil de observar tortugas marinas, que se acercan curiosas mientras haces snorkel, y si no haces ningún movimiento extraño practicamente las tocas.
En fin, esto es solo una pequeña muestra de lo que logre captar, gracias a que llevé el equipo “de guerra” a unas aburridas vacaciones familiares.
Javier Valladares Fotografia 